jueves, 2 de abril de 2015

EL SPRINT FINAL

Superada la primera noche de insomnio infinito durmiendo cuales prófugas en las calles de Dunedin, decidimos no volver a repetir la aventura y pagar 13$ para poder disfrutar de un descanso psicológico un poco más elevado. Más que nada yo, claro.
Y así amanecimos con energía renovada y con un gran día por delante.


Primero retrocedimos hasta Dunedin para visitar, como ya dijimos en el anterior post, el jardín Botánico, que es el más antiguo de Nueva Zelanda siendo construido en 1869. Después de pasar la mañana paseando entre los jardines y viendo muchísimas plantas rarísimas en los diferentes invernaderos, (mis favoritas fueron las plantas carnívoras!!) volvimos a ponernos en modo "carretera y manta" para llegar a la Península de Otago, una península de origen volcánico que forma parte de Dunedin y que es famosa por ser el hábitat de animalillos tales como pingüinos de ojos amarillos, albatros gigantes y leones marinos. Queríamos ver muchos bichejos!! 




Recorrimos la estrecha carretera (un espectáculo en sí misma, pues circulas a tocar del agua del mar) hasta llegar al punto más alejado, y luego de vuelta ya iríamos parando en las diferentes playas que se formaban bajo los acantilados. Al final de la carretera se encontraba el Centro de Observación de la colonia de albatros gigantes, que al parecer sólo hay dos colonias de este animal en el mundo. Desde el Centro salían varios caminos que conducían a los acantilados como puntos de observación para ver al albatros gigantes. No vimos ni uno. Así que con el vientazo que pegaba en lo alto del Centro decidimos coger un caminillo que bajaba hasta al mar, donde encontramos un montón de leones marinos nadando y haciendo piruetas en el agua como si estuvieran haciendo estiramientos matutinos! Nos quedamos un buen rato disfrutando del espectáculo y haciendo mil reportajes fotográficos para la posteridad.




Contacto visual
Cuando ya se fueron a echar la siesta proseguimos con la investigación retrocediendo de nuevo la carretera para bajar a la playa más famosa del lugar, la Sandfly Beach. Despúes de un caminito entre dunas llegamos a la orilla de la playa, y a lo lejos vimos un par de personas que estaban chafardeando unas rocas. Supusimos que habría algún animalillo interesante que otear así que nos encaminamos hacia allí.
 




Estábamos llegando a las rocas cuando nos fijamos mejor en lo que estaban viendo y... Dios! Había un león marino de unos 4 metros durmiendo tan plácidamente en la arena de la playa! Nos acercamos con cuidado controlando la emoción, ya que por muy bonicos que parezcan esos bichejos tienen la boca más grande que nuestras dos cabezas juntas...
Despúes de otra hora fotografiando todas las posturas del león marino rebozado seguimos indagando por la  playa y con la emoción de dos niñas jugando a detectives escudriñábamos cada roca en busca de más leoncitos durmiendo, y encontramos algunos más!! Pingüinos por eso no vimos ni uno. 



Cris recogiendo algas para la ensalada de la cena


 
Habiamos tenido mucha suerte la vez anterior porque normalmente su hora de regresar a casa es sobre las 20:00h y tampoco era temporada de excursiones pingüinianas, así que nos marchamos dirección al camping que nos iba a anochecer y no habíamos parado ni para comer!

Al día siguiente nos pusimos en marcha para seguir avanzando hacia el norte, pero antes hicimos una parada para ver las Moeraki Boulders, unas rocas de forma redondeada que plagan un tramo de la playa de Koekohe. Son increibles! Nadie sabe a ciencia cierta porque tienen esa forma, los cientificos creen que por la erosión provocada por las olas del mar y el viento, aunque las antiguas leyendas maoríes cuentan que eran cestas de anguilas que acabaron en tierra cuando una gran canoa naufragó.......ahaaa..... En fin, vengan de donde vengan, la verdad es que es un paisaje genial, y algo que realmente nos sorprendió muchísimo de Nueva Zelanda, aunque casi nos partimos la crisma saltando de roca en roca!



Prosiguiendo nuestro camino llegamos al pueblo de Oamaru, donde se encuentra la colonia más grande de pingüinos azules, que son los más pequeños del mundo midiendo sólo 30 cm! Cabe recordar que aunque estos dias hubiéramos hecho actividades gratuitas, seguíamos en Nueva Zelanda, así que si querías ver la colonia de pingüinos azules tenias que pagar 15$ por cabeza para que te dejaran acceder a una especie de mirador a las 18:00h, y en temporada de migración te garantizaban ver unos cuantos pingüinos, pero en la época en la que estábamos podía ser que pagáramos la morterada y ahí no apareciera nadie. Además debíamos seguir avanzando para no tener que conducir mucho de noche. Así que no nos arriesgamos y decidimos pasar por allí la tarde y visitar el casco antiguo. 


Como Dunedin, este pueblo también nos daba un respiro de tanto estilo "far west" y tenía un aire más europeo ya que muchos colonos se instalaron en este pueblo durante el S.XIX. Una cosa que nos encantó de este pueblo es que las antiguas fábricas como destilerías o fábricas de locomotoras seguían manteniendo la fachada antigua aunque por dentro fueran tiendas o restaurantes. Le daba mucho encanto al pueblo. Y así proseguimos la tarde hasta que cayó el diluvio universal y tuvimos que salir por patas hacia "la hueva", que nos esperaba un tanto lejos en la zona de free parking.
 



Al día siguiente llegamos a Christchurch, la ciudad más grande de la isla sur. En 2011 se vió afectada por un terremoto que causó bastantes destrozos en la ciudad. Ya nos habian comentado que había muchas cosas derruidas aún, pero cuando llegamos la verdad es que parecía que el terremoto hubiera ocurrido hacia un mes. Lo más impactante fue ver la Catedral de Christchruch medio destruida (aún así parecía que en su esplendor debía ser muy bonita), pero tambíén había infinidad de solares vacíos de lo que antes habían sido edificios. De hecho, estuvimos buscando un par de sitios para comer recomendados por la Lonely Planet versión "antes del terremoto", y ninguno estaba en pie. Toda la ciudad está en obras, amén de prácticamente desierta. La imagen nos dejó un poco desanimadas.


Eso sí, en un parque muy grande que se encuentra en la zona "céntrica" de la ciudad, pudimos disfrutar un rato de un partido de cricket, el segundo deporte más popular en el país.
Pasamos paseando y haciendo tiempo toda la tarde porque teniamos que quedarnos a dormir por alli, ya que al dia siguiente ibamos a devolver la hueva y a coger el coche de relocation para proseguir el camino a Auckland.
Catedral de Christchurch
Cambiando las cosas, de Hueva a Hueva
Pensábamos que nos ibamos a pasar los 5 dias restantes durmiendo en la tienda de campaña, pero tuvimos la gran suerte de que el coche que nos tocó de relocation era uno tipo monovolumen, con 7 asientos! asi que podiamos recolocar los asientos bastante bien para que quedara casi plano y dormir como reinas en nuestros saquitos.
Nuestra misión era llegar cuanto antes a Wellington porque queriamos sacarnos el visado de 60 dias en la embajada de Tailandia y tardaban 3 dias, con lo cual nos quedaban dos dias para cruzarnos toda la isla norte para llegar Auckland. New Zealand Express!! 

La preciosa playa de Kaikoura
Así que después de hacer el cambio técnico de vehículo hicimos practicamente del tirón desde la mitad de la isla sur hasta Picton, donde esa misma noche cogeríamos el ferry hasta Wellington. Por el camino paramos para comer en Kaikoura, una zona de costa desde donde también pudimos ver colonias de focas. Una anécdota: cuando nos bajamos del coche no se cómo narices cerró la puerta del coche Cris que se partió literalmente la cabeza con la puerta... Pubreta, se hizo un súper chichonazo que nos acompañó en el viaje unos cuantos días. En el momento le dio un ataque de risa y llanto simultáneos creando un momento digno de observar, como bien estaba haciendo un tío que se estaba tomando un descanso de levantar pesas en el gym.

Esa noche en Picton decidimos darnos otro homenaje de los nuestros y cenar "de bien" en un restaurante mientras escuchabamos a un grupo de musica checo en el que la cantante parecia que saliera poseida por Chucky al escenario. Pero el caso es que le acabamos pillando el puntillo y nos compramos el cd que vendian. Después del espectáculo nos subimos al ferry, que tardaba casi 3h en llegar a la otra isla. Cuando por fin llegamos era casi la 1 de la mañana... Menos mal que en Wellington ya habiamos estado y teniamos bastante controlado donde ibamos a dormir. Caimos muertas.

La novia de Chuky en acción
El resto de 3 dias estuvimos pululando por la ciudad y viendo museos gratuitos a la espera de que nos hicieran el visado. Lo más remarcable de estos dias es, primero: que nos colábamos en unos vestuarios que había en un parque para poder tener duchas gratis!! 



Y segundo, otra anéctoda (ya sabeis que me encantan las anecdotas) contar que la ultima noche que estabamos en Wellington, saliendo de cenar y de camino a nuestro rinconcito de dormir, Cris no calculó el cierre de una curva y se rebentó una rueda. Las 23.30h de la noche, nadie por la calle, no teníamos seguro en el coche, y nos veiamos pagando 2000NZ$... Pánico!!! Y diréis bueno, que no es nada, sólo era una rueda, sí, eso si es tu coche y sabes cómo funciona, porque la rueda de repuesto de ese coche estaba en los bajos y no teníamos narices a sacarla, sin luz, con un friazo enorme... Entonces fue cuando oímos una voz que nos decía si necesitábamos ayuda y se nos iluminó el cielo! Resultó ser un chico colombiano que vivía al lado de donde estábamos haciendo de mecánicas y nos ayudó a sacar una rueda y meter la otra. Matizar que a él le costó infinito sacar la tuerca que fijaba la rueda de repuesto, nosotras aún seguiriamos ahí, vamos. Nos salvó la vida totalmente.

 
Por fín al día siguiente recogimos nuestros pasaportes con el flamante visado para Tailandia, cambiamos la rueda en un taller y nos metimos el tute padre de carretera hasta llegar a un pueblo muy cercano a Auckland para pasar la noche de gratis, como nos gusta a nosotras.

Comiendo on the road
Estábamos a una hora de camino de nuestro destino, así que llegamos prontito a la ciudad y nos fuimos al Monte Eden, después de pegarnos una merecida ducha.. El área metropolitana de Auckland se ubica en lo alto de un campo volcánico que incluye 48 conos. El Monte Eden o Maungawhau, es el cono más alto de Auckland, a 196m, y tiene unas panorámicas brutales. Nos empezó a lloviznar estando ahí arriba, así que bajamos corriendo y nos fuimos a pasear pos las calles de la ciudad, y la verdad es que nos sorprendió. 


La gente que habia ido a Auckland nos había dicho que era una ciudad sin mas, de estar un día y prou. Pero despues de un mes entero por Nueva Zelanda llegar y ver una ciudad abarrotada de gente, con pasos de cebra en diagonal a lo Tokyo, rascacielos enormes... Nos dejó muy impactadas. Está claro que todo el mundo vive en Auckland. Después de callejear un rato por la city tuvimos que despedirnos de todo e ir a llevar el coche de relocation a la oficina, a 5km del aeropuerto. Nos quedaban dos días más en NZ, pero los precios de alojamiento eran demasiado caros, nos quedaban 5 meses de viaje, y ya no queríamos pagar nada más. Así que como buenas Tom Hanks decidimos quedarnos esos dos días a vivir en el aeropuerto de Auckland, ya tendríamos tiempo de relajarnos y disfrutar cuando llegáramos a Asia!

Cuando cogimos el coche nos dijeron que había un servicio de traslado y que nos llevarían al aeropuerto, cosa que fue mentira y acabamos caminando los 5km bajo el sol más intenso de Nueva Zelanda y cargadas como mulas porque ni de coña ibamos a  pagar un PUXX taxi. Total tampoco teníamos nada que hacer en las próximas 48h. 

Bye bye NZ, y bye bye capuccinos de 5$ de la Cris
La verdad es que la estancia en el aeropuerto pasó más rapido de lo que nos imaginábamos, salíamos un rato a pasear por el aparcamiento con las mochilas en el carrito, nos poníamos al sol para hacer ejercicio, luego duchita gratis, nos comíamos un poco de pollo del KFC y veíamos una peli... Y más o menos así transcurrieron nuestros dos días hasta que embarcamos en el "fanstástico" vuelo de Jetstar... Pero eso ya es otra historia, y sobretodo, otro país!

4 comentarios :

  1. Vaya 2! Vivir 2 días en un aeropuerto a lo homeless....desde mi visión de padre sin tiempo libre (ya será menos) me parece una pérdida de tiempo I-N-A-C-E-P-T-A-B-L-E. A ver si mi niña se hace más grande y nos podemos ir por el mundo con una mochila...y dejamos a su madre trabajando :-P

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  2. Thibor, parece mentira que no conozcas a Cris, si hay que andar 5 Km por no gastar, los anda. Si hay que estar en el aeropuerto 2 días, los está.
    Eso de que no lo pasasteis tan mal en el aeropuerto, es una mentirijilla. Tengo en mi móvil, un pare de vídeos en los que no estáis muy bien, que digamos. En fin, colgaillas del tó.
    Yo de vosotras me fumaría algo para que se os dilataran las pupilas y poder abarcar tanta belleza natural.
    Cris, a mí me tienes que informar de todas las pupas que te hagas que para algo soy tu madre, coño !!!!

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  3. Vaya resumen de Nz chicas, me ha gustado mucho.
    Lo q no quiero pensar es en el rebentón de la rueda, yo apenas sabría cambiar la de mi coche :(, menos mal que siempre hay alguien dispuesto a ayudar.
    Un abrazo a las dos..y siguiente país.

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  4. Escucho Nueva Zelanda y pienso en....mejillones verdes, pingus d ojos amarillos, glaciares en Castro Culo, agüita amarilla d las cascadas, Hueva, Tico y Susi, trauma en las duchas, vaginas gigantes d piedra, batidos d platano, Mordor, chichon en la cabeza.......... jajajajajajajaja. Ste último post, ha sido super cultural, sin faltar las anecdotas, las risas y las fotakaaaaas!!!!!!!!!
    Con ganas d Thaiiii!!!!!!!!
    Un bsazo enoooorrrrrrme para las 2!!!!!!!!

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