Llegamos al pueblo de Franz Josef sobre las 16:30, cansadas y con un
día feo y lluvioso. Nos acercamos al I-site para preguntar por la
predicción meteorológica del día siguiente y resultó ser lluvia, again.
Entonces nos planteamos las opciones: queríamos descansar ya, pero en ese momento no llovía y era muy posible que al día siguiente sí.
Entonces nos planteamos las opciones: queríamos descansar ya, pero en ese momento no llovía y era muy posible que al día siguiente sí.
De los dos glaciares que queríamos visitar, uno lo teníamos a 10 minutos en coche más 45 minutos andando, aunque no había garantías de verlo, bien porque las nubes bajas no lo permitieran, bien porque volviera a empezar a llover. Pero estábamos allí y decidimos hacer un último esfuerzo para poder asegurarnos ver al menos uno de los dos glaciares.
Pasando
el pueblo/decorado de largo y atravesando el río tomamos la corta
carretera hasta el final, donde aparcamos. Entonces empezaba el sendero
según marcaba un letrero, de una hora y media ida y vuelta.
A los
cinco minutos de andar había un desvío que ascendía rápidamente a un
mirador, no era nuestro camino, pero un hombre uniformado, que creímos
que era del DOC y que quizá estaba indicando que el camino hasta el
glaciar estaba cerrado, nos hizo tomarlo. Llegamos arriba y vimos el
glaciar (en Castro Culo, pero lo vimos). Y también gente andando por el
sendero. Entonces bajamos rápido hasta el cruce y nos fuimos por el
camino que nos interesaba, entendiendo en ese momento que el hombre que
nos había desviado no era un ranger sino un guía de una excursión y que
nos había tomado por parte de su rebaño.
El camino
discurre junto al río glaciar de un color gris azulado como lechoso, que
bajaba alegre por las lluvias incesantes de los últimos días y cargado
de cubitos de hielo de los desprendimientos que se suceden en el
glaciar.
Caminamos todo el valle hasta el fondo, pisando un camino que antaño
fue hielo y que ha retrocedido a gran velocidad en los últimos años,
como tantos otros.
El día era muy gris y las nubes, aunque benévolas por permitir la
visión de la lengua de hielo, eran lo suficientemente bajas como para no
dejarnos ver la cima del Monte Cook. De hecho, ninguno de los días que
estuvimos por la zona pudimos verlo bien, exceptuando un pequeño momento
en que las nubes se abrieron un poco. Una pena.
Por las altas paredes a nuestro lado bajaban cascadas de todas partes, bonita estampa gracias a la lluvia.
Cuando nos acercamos al glaciar el camino estaba acotado con cintas
fijas por seguridad porque en esa zona se dan muchos desprendimientos.
Aún así pudimos ver a un imbécil saltarse la cinta y meterse debajo de
un puente de hielo para que le hicieran una foto. Sin casco, sin
cuidado, con pedruscos como balones de baloncesto cayendo, y con la
buena suerte del tonto del culo, claro.
Y como en la parte final el sendero sube mucho, pues uno se encuentra
con el glaciar casi de golpe, y eso esta bien! Aunque lo teníamos
demasiado lejos, la verdad. Pero ya no podíamos avanzar más, estaba
señalizado así y somos gente civilizada.
Era la primera vez que Eli veía un glaciar y como es lógico le
impactó y lo disfrutó mucho. Por allí estuvimos un rato haciendo fotos y
admirando el color azulado del hielo. Luego deshicimos el camino y
retrocedimos unos pocos kilómetros hasta el lugar donde dormiríamos, un
campsite del DOC donde pagamos 6$ por cabeza. Era la primera vez que
pagábamos por dormir, pero no nos quedaba otra en esa zona.
La verdad es que los campsites del DOC son bastante cutres y eso toca
mucho la moral cuando tienes que pagar, porque hay sitios muchísimo
mejores y gratuitos.
A la mañana siguiente amanecimos bajo una densa lluvia y ya vimos
peligrar nuestra visita al glaciar Fox, pero antes de empezar el día nos
desviamos unos 10 km a Okarito, un pueblo semifantasma, en el que había
un campground donde pudimos ducharnos por 4$ cada una. Falta nos
hacía...
Por el camino hacia Fox ya íbamos pensando en cómo dejar pasar el
tiempo para ver si despejaba pero cuando nos acercamos al pueblo dejó de
llover y se abrió un claro dejando pasar los rayos de sol, así que nos
fuimos directas al parking del glaciar, donde vimos esta hermosura.
Este camino, mucho más corto (30') y más empinado, lo recorrimos
rápidamente y con calor y al llegar arriba el glaciar estaba mucho más
cerca de la zona balizada, podíamos ver el hielo mucho mejor. Y justo en
ese momento, un pedazo de hielo de unos 5 metros de alto y ancho se
desprendió de la pared frontal sobre el río, liando un estruendo de
narices. Muy guay!!
En ambos glaciares nos cruzamos con cientos de personas que hacen el
paseíto y es que es normal, son súper accesibles y turísticos.
Al llegar de vuelta al pueblo se volvió a cerrar el día y empezó de
nuevo la incansable lluvia, por los pelos!! Nos refugiamos en un bar a
tomar algo pero como tenían wifi y enchufe nos apalancamos de lo lindo y
acabamos comiendo allí para luego afrontar el tirón (con alguna paradilla por el camino) hasta la zona del
lago Wanaka, a donde llegamos sobre las 18:00, con tiempo de comprar
provisiones, dar un paseo y dejarnos caer en el dormitorio de turno.
Parada en las Blue Pools para estirar las piernas |
Y al coche, porque teníamos una hora hasta el parking de la cual quince minutos eran de asfalto y cuarenta y cinco eran de pista de mala muerte que no se acababa jamás. La ruta que íbamos a hacer era de ida y vuelta hasta los pies del Rob Roy Glacier, en total unas 5 horas.
Dudamos si hacerla o no, porque al llegar al parking soplaba un
viento del copón, pero pensamos que por el terreno por donde nos iba a
llevar la ruta seguramente no tocaría el viento.
Y así fue. Había gente, por supuesto, pero nada que ver con los
glaciares famosos que se ven en un paseo llano y en chanclas o tacones.
Había poca gente y bien equipada, como para una excursión al monte,
vamos.
Llegando al final de la ruta y divisando ya el Rob Roy Glacier |
Y el ambiente también era otro rollo, más montañero. Sin ser una
excursión del otro mundo, más bien un domiguerismo, pero la mayoría de
los guiris ya pasa de caminar tanto y tan cuesta arriba. Y supongo que
fue por eso por lo que el Rob Roy fue el glaciar que más nos gustó.
Estaba colgado en la montaña, sobre una pared de unos 200 metros que se
alzaba ante nosotros, pero era muy ancho y se veía genial.
Además, una vez arriba, nos encontramos con una pareja de neoyorkinos
que habíamos conocido en Havelock, comiendo mejillones! Qué majetes y
pijillos eran!
La excursión nos llevó toda la mañana y al llegar al parking nos
hicimos la comida en el campiri y terminamos de pasar la tarde
disfrutando del lago Wanaka, de una ducha caliente y de una merecida
hambuerguesa vegana.
Oleeeeee....al final visteis los 3 glaciares!!!!! Vaya fotos impresionantes!!! Una duda, el ke sta x Castro Culo, x dond keda más o menos????? Jajajajajajajajajaja Muy buena esa, Cris!!!!! En el Fox, tuvisteis la misma suerte k el tonto dl culo k se salto la cinta d segurdiad!!!! Ni una gotita d agua, hasta terminar!!!
ResponderEliminarBueno, a seguir viviendo cosas y a seguir retrasmitiendo. Cuando volvais, voy a echar d menos stos posts!!!
A seguir disfrutando, nenis!!!!!!!!! ❤❤❤❤❤❤
Qué bonito y vaya vaya, 5 metros de hielo cayendo, imagino que ni el ruido de las fallas!!
ResponderEliminarX cert, lleváis un recuento de los km q habéis hecho a pata?? Con respeto...tendréis un culo!!! Jajaja
Un abrazo y ahora a disfrutar del siguiente país
A ver: Recadito para Harry. Ni un mínimo fallo tienen en el culo, salvo una raja decorativa, así que lo que tendrán es un chute de adrenalina que no se la van a acabar, y una paz interior, que eso sí, por desgracia, no dura mucho.
ResponderEliminarAhí mis chicas civilizadas, y con la cabeza bien amueblada, nada de frikadas, para fotos.
Smuacka.
Jajaja, Cecil justo a eso me refería, con tanta caminata tendrán un culo perfecto!
EliminarQue pasada... muy guapo si señor! y ese momentazo de ver un glaciar por primera vez es inolvidable, el mio fue más humilde en valle de Pineta, un glaciar enano comparado con este, pero la sensación es la misma...muy chulis estos últimos posts aunque como yo soy una ansia de las fotos me quedo con ganas de ver más así que cuando volváis o nos veamos en Indonesia quiero ver las 1726235713871 fotos que tengáis... ala! a seguir pateando zorrunis!
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