jueves, 19 de marzo de 2015

TREKKING EN ABEL TASMAN NATIONAL PARK Y UN PASEO POR GOLDEN BAY

Otra de las caminatas que queríamos hacer en New Zealand se encuentra en el Abel Tasman National Park, y en este caso el tiempo no fue ningún impedimento, pues nos hizo un solarro de justicia que nos permitió disfrutar del trekking y de la playa.
Las opciones en este parque son muchas, ya que podemos recorrerlo a pie, en kayak o con ayuda de un taxi boat. Con lo que podemos iniciar y terminar el trekking donde deseemos y realizarlo en el sentido que queramos (aunque esto último parece obvio, no todos los trekkings en New Zealand puden hacerse tan libremente).


El Abel Tasman Coast Track es el trekking más atractivo, que recorre el parque de punta a punta en una ruta de unas 4 jornadas (aunque puede hacerse en menos). El problema: que antes o después uno tiene que coger un bus o un taxi boat para volver al coche o para iniciar la ruta, pues para variar no es circular.
Y sobra decir que no son precisamente baratos.



En nuestro caso, además, había que añadir el handicap del coche de alquiler. Que me cuesta un ojo de la cara cada día como para estar pasando dos o tres noches sin dormir en él ni usarlo siquiera.
Despúes de barajar todas las posibilidades decidimos hacer un día de trekking, acampar en el parque, y al día siguiente hacer el mismo camino de vuelta. De esta manera podíamos cubrir más terreno que en una sola jornada de ida y vuelta y disfrutar de acampar, sin pagar dinerales por transporte ni perder mucho dinero por tener el coche parado.



Así nos dirigimos al aparcamiento de Marahau, donde se inicia el trekking, y después de comernos a medias una sopa minestrone (el típico desayuno) echamos a andar a eso de las 9 de la mañana.
Rápidamente nos dimos cuenta de que el paisaje prometía. Nada más empezar sobrepasamos una zona como de marismas secas, muy típicas en Nueva Zelanda, y muuuuy a lo lejos se veía el azul del mar, mientras bajo nuestros pies, miles de cangrejos se refugiaban en sus agujeritos en el barro a nuestro paso.

Pero el contraste del marrón con el azul acabó pronto, porque enseguida nos metimos en un sendero por dentro del bosque que nos hizo ganar algo de altura con respecto a la costa y que nos dejó justo encima de la primera playa del recorrido.


Y podríamos decir que así es todo el camino. De principio a fin, prácticamente, el Abel Tasman Coast Track recorre todo el litoral por sendero en el bosque, dejando al descubierto cada dos por tres unas vistas de escándalo donde el contraste se reduce a verde y azul.
En realidad es un camino de ronda, como mi querido GR92, pero con palmeras y helechos además de pinos.

 El tramo que hicimos, que debía durar según las reseñas oficiales del DOC (Department Of Conservation) unas 5 horas, era la primera etapa del track y un trozo más. Y para llegar al campsite debíamos cruzar una zona de marisma que queda al descubierto con la marea baja, que era a las 12 y pico del mediodía. De lo contrario deberíamos acceder al lugar por un camino interior que dura una hora más, pero que ya cogeríamos al día siguiente para volver.
Y por esta circunstancia de querer llegar antes de que subiera la marea, fuimos todo el camino a buen ritmo. Vamos, que yo iba haciendo fotos como siempre pero luego tenía que correr para pillar a Eli.




Supuestamente, el tramo inundable sólo era practicable dos horas antes y una hora después de la bajamar, cosa que luego vimos que no era cierta porque tres horas después todavía había gente que podía pasar con el agua por las rodillas. Cierto es que más tarde, cuando hay pleamar, debe ser peligroso porque se veía perfectamente que se formaban corrientes.

Pues eso, que llegamos altamente sobradas a la zona de acampada de Torrent Bay, donde debíamos dormir por cojones porque es obligatorio reservar previamente (llevan un control de las personas que pasan noche en los parques ya sea en cabaña -carísimas y sin ningún servicio- o acampando) y porque hay un número de plazas limitado en cada zona, así que si te pillan sin haber pagado o te vas a un campsite que no es el que reservaste, multa al canto.

El que me conoce no se extrañará de saber que cuando vi que eran las 14:00 y que ya habíamos andado todo lo andable ese día, me entraron todos los males... Me mosqueé por no haber calculado bien, porque podríamos haber caminado muchísimo más lejos, ver más cosas, aprovechar más el día, pensé que me agobiaría allí toda la santa tarde, bla bla bla...
Pero Eli me hizo un tratamiento de reconducción express y me relajé un poco, dispuesta a disfrutar de la playa, que era espectacular y toda nuestra.

 
Atravesando la playa seca que da acceso a Torrent Bay
Aperitivo antes de la comida
Comimos spaguetti con frankfurt que seguro aliviarían mucho el peso de las mochilas para la segunda jornada. Montamos la tienda en la "parcela" que mejor nos pareció (sólo había 10 y más tarde estaban todas llenas). Nos pusimos los bikinis y cogimos las toallas y nos fuimos a tomar el sol y jugar en la playa.
Vimos mantas pasear por la mismísima orilla de la playa, cosa que me emocionó tanto que estuve corriendo como una loca por la playa largo rato, persiguiéndolas, ante la risueña pero poco sorprendida mirada de Eli. Nos balanceamos en un columpio de madera y cuerda que colgaba de una rama de un árbol, paseamos por la playa y entre las pocas casas de veraneo kiwi que había en el interior del bosque (sólo pueden llegar en barca y, al ser viernes, vimos llegar a varios con sus lanchitas cargadas de víveres y cervezas para pasar un finde en su paraíso partícular), y sin apenas darme cuenta se hizo la hora de cenar.

Torrent Bay


La hora de cenar en kiwilandia viene siendo la de mi merienda... Pero claro, te acabas adaptando como puedes. Además, las sandfly (moscas porculeras hijasputa neozelandesas que parecen inofensivas pero que pican y te joden una semana entera) salen a pasear con la puesta de sol, y había que evitar la hecatombe que eso podía suponer para nuestra piel y nuestros nervios.
Cenamos noodles de pollo, la parte salvavidas y low cost de nuestra dieta casi diaria (como si no fuéramos a pasarnos luego cinco meses comiendo noodles tres veces al día...)
Y nos metimos en la tienda porque el ataque de las sandfly era ya insoportable.


Aunque era prontito, no tardamos mucho en quedarnos dormidas y serían cerca de las 07:00 cuando amanecimos doloridas por todos lados y echando una carrera para llegar al lavabo.
Disfrutamos de ver la zona inundable totalmente inundada, del sol naciente y de unas galletas para desayunar. 

Allí no pasó nadie a pedirnos el comprobante de pago en tooodo el tiempo que estuvimos. Sí vimos un ranger la tarde anterior haciendo sus cosas por la zona, pero no nos dijo ni mú. Pero bueno, el descanso del buen pagador no nos lo quita nadie, no?
Desmontamos la tienda y con todo empaquetado empezamos el camino de vuelta al coche, que recorrimos con facilidad y bastante ligereza.

Hacia mediodía estábamos de vuelta en el coche y camino de la ciudad de Nelson, lugar que fue nuestro centro de operaciones durante cuatro días y al que le acabamos cogiendo cariño.


Antes de abandonar la zona para seguir nuestra ruta hacia el sur del país, quisimos guardarnos un día para investigar un poco Golden Bay.
Es, quizás, una de esas zonas que los viajeros más ajustados de tiempo suelen obviar, pues queda un poco lejos de la ruta habitual y siempre hay otros atravtivos más llamativos en el camino. Pero estábamos cerca y teníamos curiosidad.

La verdad es que sí, estaba lejos y además había un puerto de montaña con muchas curvas de subida y otras tantas de bajada. Como dos horas de coche. Pero ya nos gustan esas cosas.


Visitamos Te Waikoropupu springs (o sea, un manantial) de donde parece ser que brotan unos 14.000 litros de agua por segundo, la mayor fuente de agua dulce de Nueva Zelanda y mayor fuente de agua fría de todo el hemisferio sur. Pero lo que mola de este sitio es la supina claridad del agua, brutal. Según dicen, la visibilidad del agua puede llegar a ser de hasta 63 metros. Es un paseíto muy corto para ver el manantial, pero vale mucho la pena acercarse y ver el agua surgir del fondo creando burbujas en la superfície.
Además, se trata de un lugar sagrado para los maorís, lo que ellos llaman Wahi Tapu.


Después nos acercamos hasta el final de los finales de la carretera hacia el oeste llegando al inicio de Farewell Spit, que es una lengua de arena inmensa en forma de cuerno que cierra en gran parte la bahía y donde viven infinitas aves a sus anchas. Recorrerlo a pie sería una locura, es como un desierto, pero caminamos un tramo hasta llegar a una zona de dunas y al final a una playa.
Es un sitio súper inhóspito, pero también muy bonito. Incluso tuvimos un momento de duda, andando por allí sin ver a nadie en ningún sitio ni el lejano horizonte, pensando que nos habíamos inventado el camino y nos habíamos perdido... Pero no, estaba todo controlado!

Me recuerda a alguien que vagaba por el desierto buscando quien le dibujara un bozal para su cordero




Y por último, nos entretuvimos bastante rato en la playa de Wharariki, a la que se llega tras un corto paseo de veinte minutos. Se trata de una playa virgen (como todas las del país, vaya... Que en Nueva Zelanda no van a la playa ni cobrando) y salvaje, que debido a los azotes del viento regala la visión de unas formaciones rocosas impactantes a los que la visitan.




Allí pasamos mucho rato paseando, probando lo fresquita que está el agua del Mar de Tasmania, haciendo fotos e incluso ayudando a un kite-surfer a levantar su cometa (cosa que a Eli le costó un susto y a mi unas risas! De hecho, estuve a punto de hacer una foto del momento pero me fue imposible porque me estaba partiendo. Desde aquí pido disculpas, habría sido un gran documento gráfico).

Ya aprovechamos el diazo para comer de picnic en el mismo parking de la playa, igualito que otros furgoneteros que había por allí, y nos fuimos de vuelta hacia Nelson City para pasar nuestra última noche allí.


Continuamos viajando hacia el sur en busca de un poco de hielo.

3 comentarios :

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  2. Seguid disfrutando chicas !!! En mi anterior comentario había una falta y no podía permitirlo. Cris, tú me entiendes.

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  3. Cris la foto en el muelle brutaaaal! como mola señoraaaaaaaaaas!
    Prince :)

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